Me lo contaron y lo olvidé.
Lo vi y lo entendí.
Lo hice y lo aprendí.
Confucio
No hay peor manera de aprender que escuchando. A mí nunca me ha funcionado. No me sirve de nada que me sienten muchas horas delante de algún supuesto experto y me explique de pe a pa como hacer algo. Aprendo haciendo.
Hay una gran charla de TED en el que ponen un ejemplo claro: imagina que te dan un manual del VÖLRTERK de IKEA y te dicen: «Memorízalo que dentro de 6 meses vas a tener que montarlo, pero sin tener este manual». Útil, verdad?
Tengo otro gran ejemplo: Hablar en público. He hecho varias veces cursos, seminarios y talleres sobre hablar en público. Siempre te dan las mismas instrucciones, consejos y trucos: que si las manos quietas, que si proyecta la voz, que si contacto visual… pero no ha sido hasta que me he pasado 2 días haciendo, ensayando y viéndome en vídeo que no he interiorizado todo lo que quería.

Aprender
Con los idiomas pasa exactamente lo mismo. Apuntarse a 2 horas de clase a la semana será muy divertido y entretenido, y puede valer para no perder si ya tienes un nivel alto del idioma. Pero así no se aprende un idioma nuevo, y menos si no tiene la misma raíz que el tuyo.
Yo aprendí francés yendo a un cole francés, en el que todas las asignaturas eran en francés y la mitad de alumnos también. Al cabo de muchos años de haber acabado la escuela, estuve un verano en Francia trabajando porque notaba que mi francés se había oxidado.
Aprendí inglés en el cole, como todos, y mi nivel no era demasiado bueno. Aún así, al ser mi cuarto idioma me era más fácil aprenderlo dado que mi cerebro ya entendía que podía expresarme con distintos lenguajes. Pero al igual que con el francés, no fue hasta que estuve un tiempo en Londres que no lo consolidé.
Estos idiomas me han sido muy útiles en mi vida personal y profesional; me han permitido viajar y comunicarme con gente que no hablaba mis idiomas maternos; me han permitido tener trabajos interesantes en los que mis compañeros estaban en otros países, y me han dado confianza cuando he tenido que cambiar de empleo.
Cual seria mi siguiente reto? El mandarín, sin dudarlo. No es el idioma del futuro, sino ya del presente. Es el país más grande del mundo, con más habitantes del mundo y con mayor crecimiento del mundo.
Ese sería el idioma que quisiera que mis hijos aprendieran de mayores. El inglés es importante, por supuesto. Pero ya estarán muy expuestos a él; internet, series, televisión, películas… tienes muchas maneras a tu alcance para practicarlo y mejorarlo. Pero no con el mandarín.
Es por eso que me ha encantado encontrar la posibilidad de que mis hijos hagan 2 semanas de inmersión en mandarín. En Pueblo Mandarín organizan campamentos, pero no campamentos cualquiera. Son campamentos de inmersión lingüística en la que los niños aprenden de forma espontánea y divertida. Aunque P&G aún son peques para ello, ojalá siga existiendo en unos años para poder facilitarles el aprender un idioma tan importante.
*post en colaboración de Madresfera y Pueblo Mandarín