Ya en la Biblia, a Abraham se le pide que sacrifique a su hijo Isaac para satisfacer las órdenes de su Dios.
Nos vemos en la misma encrucijada. Porque debates recientes nos hacen ver que no podemos seguir con los dos a la vez.
Hace casi 26 meses nació P. P tomó teta hasta que quiso, y luego pasamos al biberón que aún toma a veces. Y tan bien.
Hace casi 3 meses, nació G. G tomó bibe desde el primer día, sigue sólo con bibe. Y tan bien.
Si alguien quiere los motivos de la diferencia, que escuche esta canción o se lea su letra, a ver si pilla la respuesta.
Así pues, ahora tenemos que decidir con que hijo nos quedamos y cual sacrificamos. Porque tenemos que estar en un bando, hacernos talibanes de la teta o del biberón. Tenemos que resolver esto cuanto antes.
Porque criar es eso, es posicionarse, es ser radical de una visión y una posición. O eres de teta o eres de bibe. O eres de Estivill o eres de González. O eres de proyectos o de tradicional. Papillas o Baby Led Weaning. Porteo o cochecito. Colecho o cuna.
¿Sabéis que?
Que pasamos de todos. Que seguiremos haciendo lo que nos plazca. Porque siempre los que más gritan y chillan sobre las bondades de sus radicalidades son los que menos las aplican. Porque estamos hasta el moño de gurús de una cosa que luego en su vida real hacen otra.
No puedes querer dar lecciones de apego si estás todo el santo día en facebook y twitter. No cuela.
No puedes dar lecciones de respeto si faltas al respeto a quien piensa diferente que tú. No cuela.
No puedes fardar de lo mucho que quieres a tu familia y a tus hijos si te acuestas con otra. No cuela.
Así que…
Callad, nobles consejeros,
guardad la razón que os quede,
y con paso vivo y decidido
marcharos a donde os esperen.