Padre de dos. Bloguero. Podcastero. Tuitero.

Categoría: Machismo Página 1 de 2

Los cuentos que (no) le leo a mi hija (ni a mi hijo)

Hay mucho tonto suelto en las redes sociales.

Esto es una evidencia. Mucho iluminado que sólo lee los titulares y los usa para darle rienda suelta al demagógo que llevan dentro.

No soy yo quien vaya a encontrar las causas ni las soluciones – «Not my monkey, not my circus«. La mayor parte del tiempo no me entero o me parece divertido. Pero hay algunos temas que me tocan de cerca y que hacen que se me alteren los chakras. Uno de ellos es el revuelo con esta notícia: «Vetada ‘La Caperucita Roja’ por sexista». El ruido que esta noticia está causando en las redes se centra en criticar la censura de libros tildandolo de «la nueva inquisición» y de quema de libros. Leeros la noticia hasta el final y pensad un poco, por favor.

nube de palabras dónde destacan las palabras roja, caperucita, censura, barcelona

Esto no va de quema de libros.

Esto no va de libertad cultural ni de libertad de expresión. Esto va de educación, de libertad, de feminismo. Esto va de nuestras hijas y nuestros hijos. Esto va de poner a su alcance cuentos con roles constructivos e igualitarios en lugar de cuentos que perpetúen los estereotipos de «niña princesa, débil y guapa que necesita ser salvada del mal por un hombre fuerte y valiente«. Estos cuentos pertenecen a otra época; a una época en la que los cuentos servían para advertir de peligros y de realidades de esa época, una época en la que el sistema educativo y familiar era totalmente diferente. Algunos ejemplos:

  • Caperucita Roja: Obedece a tu madre y no hagas caso de los extraños
  • La Bella Durmiente: No te fíes de quien te ofrece regalos sin más
  • Los Tres Cerditos: No elijas el camino fácil o el lobo se te comerá

Por suerte, hemos evolucionado como sociedad. Tenemos otros problemas y otras necesidades. Las niñas de 5 años se creen inferiores a los niños y creen que tienen menos posibilidades por el mero hecho de ser niñas. Evidentemente, los padres tenemos un rol importante en evitar que esto ocurra. Podemos reforzar a nuestras hijas (y a nuestros hijos) para romper los estereotipos de género (el rosa no es de niñas, las muñecas no son de niñas, los niños pueden jugar con muñecas o con cocinas) pero con eso no basta. Y esto nos tiene que preocupar a todos los padres, no sólo a los que tenemos hijas; aunque reconozco que mi preocupación empezó con mi hija pequeña.

Antes de tener a mi hija, cuando iba con mi hijo y nos encontrábamos con conocidos siempre le decían frases tipo «que grande que estás», «que fuerte que estás» o «parece muy travieso». En cambio, con mi hija siempre era la misma frase: «Que guapa eres!». Cuando me dí cuenta, empecé a añadir siempre el latiguillo «y fuerte y valiente»; y no lo hacía sólo para que los «halagadores» se dieran cuenta de lo machista del comentario, sino que lo hacía sobretodo porque quería que ella oyera que podía ser fuerte y valiente a la vez que guapa. Y esta frase se ha convertido en uno de los lemas de nuestra familia:

¿Como son las chicas? ¡Fuertes, valientes y guapas! Clic para tuitear

 

Así que a mi me parece genial que una escuela decida eliminar estos cuentos de su catálogo. Lo aplaudo. Aplaudo que una escuela garantice que los niños pequeños que asisten a ella no tienen a su alcance cuentos que perpetúen estos roles de género machistas. Al igual que tampoco tienen acceso a material pornográfico, violento etc… Las niñas pequeñas no son capaces de interpretar que esos cuentos, esas historias, son una manera de explicar conceptos a través de historias. Ellas (y ellos) ven a niñas siendo débiles, frágiles y que no saben defenderse por sí mismas. A niñas que se supeditan a lo que los hombres puedan hacer por ellas.

Y yo me niego a que mi hija se crea inferior a los niños de su edad. Y me niego a que mi hijo se crea superior a las niñas de su edad.

Porque en la vida real, Caperucita se puede comer al Lobo. Sólo tiene que creer que es posible.

Desmontando la manada – Bella Ciao

Una mattina mi son svegliato,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Una mattina mi son svegliato
e ho incontrato l’invasor.

Siempre lo habías sospechado. Desde joven veías algo a tu alrededor que no funcionaba bien. Las niñas con las niñas y los niños con los niños. Ellos fútbol, ellas gimnasia. Ellos van a ligar, ellas deben esperar. Los que ligan com muchas, unos machotes; las que ligan con muchos, unas frescas.

Hasta que un día abres los ojos del todo, te despiertas (ti sveglias): Ellos cazan, ellas son la presa. Esto no es como una iluminación, en la que se te aparece Lucretia Mott y te recita el Manifiesto de Seneca Falls. Empiezas viendo comportamientos machistas hacia las mujeres cercanas a tí. Las primeras gotas lilas. Luego los ves en los hombres cercanos a tí. Y un día, ves que tu también los haces.

O partigiano, portami via,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
O partigiano, portami via,
ché mi sento di morir.

Ese día tu vida cambia. Te pones las gafas violetas. Es cómo cuando te compras un Seat Ibiza: los ves por todas partes. Te das cuentas de todo lo que pasa. Eres como Neo en un Matrix Machista y te molestan hasta los micromachismos más habituales. Tienes la sensibilidad feminista a flor de piel. Porque te guste o no, te has convertido en feminista.

Hay que frenar el patriarcado, frenar a los machistas, desmontar la manada #PalabradePau Clic para tuitear

Y ahí es dónde debes pasar a la acción. No basta con verlo. Hay que frenarlo. Hay que frenar el patriarcado, frenar a los machistas, desmontar La Manada. Porque desmontando a La Manada es como lograremos solucionar el machismo. Porque el problema lo tenemos los hombres, no las mujeres. Ellas lo sufren. El machismo es un problema de los hombres que sufren las mujeres. Nosotros somos los que estamos tarados y ellas las víctimas.

E se io muoio da partigiano,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E se io muoio da partigiano,
tu mi devi seppellir

No será un camino fácil. No estamos diseñados para darnos cuenta de nuestros errores, de nuestras debilidades, de nuestras taras. Convencer a un hombre de que lleva años, décadas haciendo las cosas mal es casi imposible. Y más en algunos comportamientos que llevan viendo, haciendo y justificando desde pequeños. Que 5 hombres violen a una mujer es la punta del iceberg de un cúmulo de mensajes machistas que estos 5 hombres habrán recibido durante su vida.

Este camino, además, tiene otras complicaciones. Os voy a contar un cuento, a ver si suena creíble:

  • Hola Caperucita ¿Dónde vas?
  • Hola Lobo. A casa de la abuela que está malita
  • ….
  • ¡¡Para comerte mejor!!
  • Mira lobo, ¿no me comas vale? Tus ansias de caza vienen marcadas porqué has nacido y has sido criado en una cultura que te ha hecho pensar que el lobo es superior a la caperucita, y que tu misión en la vida es poseerme, cazarme y que sea tuya, sin importar mi opinión.
  • A mi lo que digas me la resbala de canto. Yo quiero comerte y punto.
  • Lobo, que me cabreo. Mira que me pongo a luchar, a pelear y a defenderme.
  • Ah. Entonces te mato.
Que una mujer convenza a un machista de que es machista es casi imposible, por definición #PalabradePau Clic para tuitear

¿Creéis que al lobo lo va a convencer la caperucita, por mucho que ella se esfuerze? Que una mujer convenza a un machista de que es machista es imposible, por definición. Aquí es donde la labor de los hombres feministas es importante. Hay que alzar la voz, hay que lanzar una lluvia violeta sobre los machistas. Porque hay que hacerlo poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Hay que desmontar la manada.

E seppellire lassù in montagna,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E seppellire lassù in montagna
sotto l’ombra di un bel fior

Desmontar a la manada es como escalar una montaña. Hay que estar preparado. Hay que ser resiliente. Hay que aspirar a la cima pero empezar por los cimientos. Muchos hombres verán que lo que han hecho los de La Manada está mal. Pocos verán que ellos, durante toda su vida, habrán tenido comportamientos o conversaciones de machitos con sus amigos que han podido fomentarlo.

Joaquin, Ritxar, Paco, Henry, Octavio, Carlos, José David, Adrián, José Maria, Marq, Fernando. No sé si somos manada, pero sé que somos insistentes, y que cada vez somo más. Hombres igualitarios, Papás Blogueros, Blog Dads… y seguro que muchos más colectivos de hombres estamos aportando nuestro granito de arena para desmontar la manada.

E le genti che passeranno
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
E le genti che passeranno
Mi diranno «Che bel fior!»

No hay que querer ser los salvadores de las pobres mujeres que no se saben defender por ellas mismas. Clic para tuitear

No hay que buscar el aplauso. No hay que hacerlo por el postureo. Porque eso también es machismo. El Efecto Picha. No hay que querer ser los salvadores de las pobres mujeres que no se saben defender por ellas mismas. Hay que ser responsables de nuestra parte de culpa y de nuestra parte de responsabilidad. Y al igual que si ves a alguien pegando a un niño lo detendrás, debes hacerlo con los comportamientos machistas de los demás. Porque no hay machismo pequeño. Los machismos pequeños son los que empoderan a los lobos para un día atacar en manada sintiéndose impunes.

Así que… ¿pasamos a la acción y desmontamos La Manada?

«E questo è il fiore del partigiano»,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
«E questo è il fiore del partigiano
morto per la libertà!»
«E questo è il fiore del partigiano
morto per la libertà!»


Si quieres leer más…

#DejameQueTeCuente – 8M El día de los malos hombres

El día del padre es sólo para hombres de verdad #PapáNoTeEscondas

Efecto Matilda en mi conciencia #PalabradePau

Dejad de culpar a las mujeres por no tener hijos #PalabradePau

Dejad de culpar a las mujeres.

Dejad de culpar a las mujeres por no tener hijos. En serio. Parad. Clic para tuitear

Dejad de culpar las por tener menos de 2,1 niños por mujer (la tasa de natalidad que aseguraría el reemplazo). Dejad de culpar las por ser madres cada vez más tarde (la mitad tenéis el primer hijo después de los 30 años… ya os vale). Dejad de culpar incluso a las que se atreven a ser madres por primera vez después de los 40 años.

Dejas de culpar a las mujeres que deciden no ser madres porque no sienten esa «llamada de la naturaleza» o no caen bajo la presión social que las empuja a ser mujeres de provecho. Dejad las en paz; dejad las ser libres, disfrutar de la vida que han elegido tener.

Dejad de responsabilizar las por las consecuencias económicas de esta baja natalidad. Os preocupa el impacto que tiene en la economía, y lo entiendo. Una baja tasa de natalidad implica que la carga de las pensiones cada vez es más alta respecto a lo que aportarán los nuevos trabajadores (hay más viejos chupando del bote y menos jóvenes llenando lo). Culpamos a las mujeres de no poder pagar las pensiones de los mayores que históricamente han cuidado. ¿No veis la crueldad?. ¿No veis la paradoja? Estos mayores a los que se les recortan las pensiones y se les acusa de chupar del bote son los que lo han rellenado durante años con su trabajo… así que de facto ese bote es SU BOTE.

Dejad de responsabilizar las por las consecuencias sociales. Familias que no tienen hijos porque las mujeres trabajan y no pueden conciliar. Culpar a las mujeres por trabajar y entonces no poder tener los hijos que quieren es de una perversión digna de Maquiavelo. Porque la culpa es triple: culpables por querer trabajar, culpables por querer ser madres trabajadoras y culpables por no llegar a todo y renunciar a la maternidad (o a la bi-trimaternidad).

Pero si no es culpa de las mujeres… ¿de quien es la culpa? ¿Porque de alguien será culpa no? Os voy a dar una pista: hay otra parte a la que responsabilizar, a la que acusar, a la que pedir responsabilidad.

Culpa a los hombres.

Por haber gozado durante siglos de una posición de superioridad, en la que éramos los machos proveedores que nos encargábamos (solo) de llevar la comida a casa mientras las mujeres procreaban y cuidaban de todos: de los niños, de los mayores e incluso de nosotros mismos (y casi siempre sin cuidarse ellas mismas).

Por haber intentado frenar sus reclamaciones durante siglos. Por no reconocerles el derecho a voto, el derecho a tener un trabajo, el derecho a tener una cuenta corriente, el derecho a decidir sobre sus cuerpos.

Porque si hay que aumentar la natalidad la responsabilidad es de los hombres ( y no, no me refiero a lo de «hay que follar más porque menos no se puede»).

El hombre debe implicarse en los cuidados de todos, no sólo de ellos mismos. Debe responsabilizarse del cuidado de las criaturas, de los mayores, del hogar. Descargar de esta responsabilidad a la mujer para que la igualdad sea real. Es sólo responsabilidad, culpa y pecado de los hombres. Los hombres somos el problema y en nosotros debe estar la solución.

Y esta solución no es por o para las mujeres. Es por y para nuestro bien. Seguimos agazapados en el armario del machismo. Salir de él nos hará libres, nos hará mejores, nos hará felices. Nos permitirá sentir, expresar, comunicar. Querer.

Deberíamos estar agradecidos de que las mujeres sólo reclamen la igualdad… porque si quisieran podrían pedir venganza.

Deberíamos estar agradecidos de que las mujeres sólo reclamen la igualdad... porque si quisieran podrían pedir venganza. Clic para tuitear

Efecto Matilda en mi conciencia #PalabradePau

Yo soy ingeniero industrial. Cuando empecé la carrera sólo había dos chicas en una clase de 60 personas. Cuando acabé quizás ya eran el 20%.

Mi visión del feminismo va evoluciando, se va profundizando, va tomando profundidad. La parte más agradecida es hizar la bandera y ser capaz de ver machismo dónde antes no lo veía. La parte más desagradable, pero también la más útil para seguir profundizando, es revisitar mis fantasmas del pasado y ver que cosas hice que no debería haber hecho, o que comportamientos no veía entonces como machistas pero si lo eran. Hoy quiero centrarme en el ámbito estudiantil, y en las cosas que debería haber visto y hecho diferente.

Sólo recuerdo tener profesoras en Química. En todas las demás asignaturas sólo recuerdo profesores hombres. Esto le añadía casposidad a una carrera ya de por sí casposilla.

Recuerdo muchos comentarios del estilo «aprueba porque tiene las tetas grandes» o «a saber que habrá hecho para que le suban nota». Menudos gilipollas los que los hacían o se reían de ellos… entre los que a veces me avergüenza recordarme.

Recuerdo ir en plan manada al bar de la universidad de Farmacia a (intentar) ligar.

Recuerdo comentarios estigmatizando a las chicas de clase con comentarios del estilo «vienen aquí a buscar marido porque son son tan feas que sino no lo encontrarán». Como si la única misión de una mujer fuese casarse.

Recuerdo estigmatizar a las compañeras que sacaban mejores notas que los chicos; «esa empollona seguro que no folla» y comentarios en esa línea.

Recuerdo todo esto con vergüenza por no haberme dado cuenta antes.

Y lo recuerdo con más verguenza aún por tener a mi lado a mis dos hermanas haciendo carreras «para hombres», sacando notas espectaculares. Siendo valientes. Siendo estigmatizadas por haber elegido esas carreras, por ser mujeres en mundos de hombres.

Y las admiro por haber seguido adelante a pesar de eso, y por ser hoy las mujeres que son.

Porque por suerte, el Efecto Matilda no pudo con ellas, igual que no pudo con muchas otras grandes mujeres.

Entrada enmarcada en el Carnaval de Blogs de Saludesfera

#DejameQueTeCuente – 8M El día de los malos hombres

El día de la mujer.
El día de la mujer trabajadora.
El día del feminismo.
El día de las mujeres liberadas.

Tenemos que cambiarle el nombre a ese día. Debería ser algo tipo «El día de los malos hombres» o «El día para ser mejor hombre». Siento centrarlo todo en el hombre. No pretendo quitarles a las mujeres el único día que tienen para reivindicar sus derechos, ni mucho menos. Pero es que los hombres somos el problema y debemos ser la solución. Como hombres, debemos solucionar los problemas que hemos creado y que ahora no tienen freno:

VIOLENCIA

La violencia machista debería ser el primero de los problemas a solucionar. Seamos conscientes: esta violencia nunca desaparecerá. Como las demás violencias, el ser humano la tiene tan metida dentro que es imposible que desapareza. Pero tenemos que ser capaces de acotarla, de minimizarla, de llevarla a su mínima expresión. Hay que cortarla de raíz: no justificar comportamientos de control, de celos, de imposición, de fingida superioridad. No ver como normal que tu amigo controle el móvil de su novia. No ver normal que de noche tus amigos intenten emborrachar a una chica para que sea más fácil. No reir ante bromas machistas de mal gusto. Irte de los grupo de whatsapp de tíos que compartan pornografía. Sé un hombre.

Sé un hombre Clic para tuitear

DIFERENCIA LABORAL

Empleos iguales deben tener sueldos iguales. Y cargos iguales deben tener responsabilidades iguales. En tu trabajo, en tu día a día, no te pienses más listo que tus compañeras porque probablemente no lo seas. No hagas bromas sexistas. No asumas que una mujer está ahí por haberse acostado con alguien. No permitas que las bajas de maternidad les limiten las oportunidades de desarrollo. No te aproveches.

CUIDAR

Debemos cuidar más. Debemos cuidar mejor. Debemos cuidar a los demás. A nuestros padres. A nuestros hijos. A nuestras parejas. Dejemos de mirarnos al ombligo. Nuestra vida no es tan importante. Nada de tiempo de calidad con los hijos. Nada de «en este país conciliar es imposible«. Nada de «le pago a alguien para que los cuide porque lo hará mejor que yo». Nada de «las mujeres llevan lo de cuidar en la sangre». Son excusas mediocres de personas mediocres. Involucrate. Cuida. Ama. Verás lo bien que sienta.

Esto es lo que deberías haber hecho el 8 de Marzo, y desde el 8 de Marzo. El 19 de Marzo era un buen día, pero era sólo para hombres de verdad.

¿No lo hiciste? Estás de suerte, porque nunca es tarde para empezar.

Lucha griega de hombres semidesnudos

El día del padre es sólo para hombres de verdad #PapáNoTeEscondas

Sólo puedes leer esto si eres un hombre de verdad.

No todos estamos preparados para cambiar lo que nuestro entorno, nuestra cultura y nuestra epigenética nos empujan a hacer. Solo los hombres de verdad, los valientes, los que tienen el coraje de luchar, pelear y vencer.

Porque los débiles, los cobardes, los flojos… estos no pelean. No luchan. No se enfrentan. Agachan la cabeza frente a la realidad y la confrontación. Cambian de camino. Siguen la corriente.

Pero tu no eres de esos. Tú eres un hombre de verdad, y por eso el día del padre sales antes de trabajar. Hoy irás a por tus hijos al cole, aunque sea Lunes. Les recojerás y te irás al padre, como un auténtico padrazo. Incluso te vendrás arriba y cuando llegues a casa les bañarás. Luego te darán ese regalo tan bonito que han preparado en el cole con su maestra o durante el fin de semana en casa, mientras tú mirabas el fútbol. Te comerás la cena del dia del padre, y te encantará la corbata que tu mujer te ha regalado; mañana la llevarás orgulloso al trabajo, dónde compartirás con todos lo padrazo que eres.

La verdad es que si se queda en eso, eres un auténtico GILIPOLLAS. Porque los hombres de verdad, los valientes, los que luchan, van contracorriente. No hacen eso sólo el 19 de Marzo, lo hacen los otros 364 días. Cuidan. Quieren. Se preocupan. Se responsabilizan.

Si eres hombre y no eres GILIPOLLAS te habrás dado cuenta que tienes una vida más fácil sólo por ser hombre. Esto es así y no lo puedes negar. Ganas más dinero, tienes menos presión para cuidar de los tuyos, se espera menos de tí en el cuidado de los niños y cualquier cosa de más que hagas es aplaudida por todos. Así que lo valiente, lo que realmente debes hacer como hombre es luchar contra esa tendencia. Ser consciente que los hombres de verdad son los que cuidan, los que besan, los que se preocupan, los que se responsabilizan. Los hombres de verdad son los que no se aprovechan de esta posición de superioridad sino que la afrontan en cada situación que aparece para hacer un mundo más justo, más igualitario, más equilibrado.

No te escondas como un cobarde en el armario del machismo Clic para tuitear

Si eres papá, no te escondas 364 días al año. Cuida, responsabilizate, quiere, besa. Aprovechalos todos como si cada dia fuese el día del padre; no te escondas como un cobarde en el armario del machismo.

Sólo así haremos unas criaturas mejores para el mundo…. como dice Juls de Bebé a Mordor.

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