Padrazo.

Mucho se está hablando en los últimos tiempos sobre ser un Padrazo (lo hicimos en el Gestionando Hijos, lo hace Un Papá En Prácticas), sobre el #EfectoPicha (ya hace tiempo tb habló La Parejita de Golpe), sobre Ayudar en casa (gran Alberto Soler)…

Realmente, hechos normales son tratados como especiales, heroicos, sobrenaturales. Y, reconozcamos-lo… nos encanta. Nos encanta que nos adulen, que nos llamen Padrazo y que le digan a nuestras parejas «que buen padre que es». Que tu suegra te diga «sigue cuidando-los como lo haces» o cuando le dicen a tu hijo «que suerte que has tenido con este padre que te quiere tanto». Raro sería que no nos gustara y nos llenara «de orgullo y satisfacción», que decía Juanca.

Pero no podemos decirlo en público. No podemos decir que somos unos Padrazos, porque Madrazas hay muchas y nadie las aplaude. Porque en la comparación está el despropósito. Porque a ellas, que llevan siglos (o milenios) siendo unas madrazas, nadie las aplaude por ello. Así que… ¿que nos creemos los hombres por sentirnos especiales? ¿Por esperar aplausos, palmaditas en la espalda y besos? Porque decir «Padrazo» es ponernos en un nivel superior por hacer lo normal, y eso pone en el nivel normal a los que no hacen lo que deberían.

Pero yo si que me siento especial. Me siento especial porque voy a ser el mejor padre del mundo (lo siento Vader) . Voy a ser mejor cada día: quiero que mi hijo me quiera más cada día, entenderle mejor, jugar más tiempo con él, tener más paciencia. Quiero estar ahí todo el tiempo posible para disfrutar de él y verle crecer.

No puedes ser lo que no puedes ver

No puedes ser lo que no puedes ver

Y creo que es bueno darle visibilidad a los mal llamados Padrazos. Porque dándole visibilidad a lo que hacemos, estamos dando ejemplo. Para todos aquellos que no lo hacen y deberían. Espero que se mueran de envidia o de vergüenza por no estar haciéndolo. Espero que se les despierte ese papá interior que seguro que en su día estuvo ahí, con ganas de pasar las 24 horas del día con sus hijos. Espero poder hablar con ellos y llevarlos al lado oscuro de la paternidad.

Porque no puedes ser lo que no puedes ver.